La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es uno de los micronutrientes más conocidos por su papel esencial en la salud del sistema inmunológico, la formación de colágeno, la absorción del hierro y su acción antioxidante.
Pero no todas las formas de vitamina C se absorben igual, ni duran lo mismo en el cuerpo. Aquí te explicamos por qué la vitamina C de liberación prolongada es la opción más eficaz para mantener niveles óptimos durante todo el día.
Refuerza el sistema inmunológico. Estimula la producción de glóbulos blancos, esenciales para combatir infecciones.
Neutraliza radicales libres. Como potente antioxidante, protege a las células del estrés oxidativo y del envejecimiento prematuro.
Estimula la producción de colágeno. Fundamental para la salud de la piel, articulaciones, encías y vasos sanguíneos.
Mejora la absorción de hierro. Especialmente del hierro no hemo (el que proviene de fuentes vegetales).
La vitamina C es hidrosoluble, lo que significa que el cuerpo no la almacena. Si se toma una dosis alta de golpe, el organismo absorbe lo que necesita en ese momento y el resto se elimina por la orina. Esto limita su efectividad a unas pocas horas.
En cambio, lavitamina C de liberación prolongada de Teresa Pons:
Se libera gradualmente a lo largo del día.
Mantiene niveles constantes en sangre durante más tiempo.
Optimiza la absorción y reduce el desperdicio.
Es más suave para el estómago, ideal para personas sensibles.
Personas con bajas defensas o propensas a infecciones.
Situaciones de estrés físico o emocional, que aumentan la demanda de vitamina C.
Fumadores o personas expuestas a contaminantes.
Quienes buscan un mejor tono y elasticidad de la piel.
Personas con dietas pobres en frutas y verduras frescas.
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